Miguel Tucto Chávez
Un mito interesado y antojadizo dice que la efigie de San Sebastián no apareció ni fue recuperada desde cuando sus devotos la enterraron en el arenal del Cerro en tiempos de la guerra con Chile; y que por tal motivo los chepenanos recurrían a sus vecinos de Guadalupe pidiéndoles prestado "el Santo" cada vez que llegaba la fecha de la tradicional y populosa Feria del 20 de Enero hasta que, dicen los guadalupanos, nos quedamos con el Santo y no lo devolvimos más. De allí el mote "chepenano roba santo" que inspiró a la poetisa chepenana Maruja Tafur Núñez para componer un gracioso poema.
Lo cierto es que lo de prestar el Santo no es cierto ya que los templos de Chepén y Guadalupe las estatuas de San Sebastián están en sus respectivos sitios y ambas son diferentes; la de Guadalupe tiene en alto el brazo derecho y la de Chepén tiene levantado el brazo izquierdo. Lo que si "nos prestaba" antes Guadalupe eran frailes agustinos que oficiaban de Párrocos de la Doctrina de Chepén, lo que ocurrió hasta el siglo XIX como consta en actas de bautizo donde los curas firmaban como sacerdotes de Chepén y Guadalupe.
En cuanto a lo de "roba santo" tal vez si los guadalupanos lo "inventaron" para borrar la idea de que los frailes erigieron su convento en tierras de Chepén dando lugar a la formación y edificación de su pueblo. El Cacique Chepén entabló juicio por sus tierras y después de ganarlo se las regaló a la Virgen de Guadalupe. Es bueno recordar que los españoles tan luego llegaban a un lugar importante instalaban un Santo (una estatua) para someter a los nativos, y a Chepén le tocó tener al milagroso San Sebastián.
Por parte de los chepenanos, afirman que la imagen de San Sebastián es el producto de las habilidades artísticas de un humilde hortelano que talló la imagen en un tronco de un viejo naranjo que al patrón lo cortó porque ya no rendía, por eso cuando admiró la escultura exclamó: "¡San Sebastián! Naranjo te conocí, todos los milagros que me hagas los colocas aquí" y se señaló la nariz.
Publicado en la "Revista Monográfica de Chepén", edición Nº 13. Enero 2007, pag 16
Un mito interesado y antojadizo dice que la efigie de San Sebastián no apareció ni fue recuperada desde cuando sus devotos la enterraron en el arenal del Cerro en tiempos de la guerra con Chile; y que por tal motivo los chepenanos recurrían a sus vecinos de Guadalupe pidiéndoles prestado "el Santo" cada vez que llegaba la fecha de la tradicional y populosa Feria del 20 de Enero hasta que, dicen los guadalupanos, nos quedamos con el Santo y no lo devolvimos más. De allí el mote "chepenano roba santo" que inspiró a la poetisa chepenana Maruja Tafur Núñez para componer un gracioso poema.
Lo cierto es que lo de prestar el Santo no es cierto ya que los templos de Chepén y Guadalupe las estatuas de San Sebastián están en sus respectivos sitios y ambas son diferentes; la de Guadalupe tiene en alto el brazo derecho y la de Chepén tiene levantado el brazo izquierdo. Lo que si "nos prestaba" antes Guadalupe eran frailes agustinos que oficiaban de Párrocos de la Doctrina de Chepén, lo que ocurrió hasta el siglo XIX como consta en actas de bautizo donde los curas firmaban como sacerdotes de Chepén y Guadalupe.
En cuanto a lo de "roba santo" tal vez si los guadalupanos lo "inventaron" para borrar la idea de que los frailes erigieron su convento en tierras de Chepén dando lugar a la formación y edificación de su pueblo. El Cacique Chepén entabló juicio por sus tierras y después de ganarlo se las regaló a la Virgen de Guadalupe. Es bueno recordar que los españoles tan luego llegaban a un lugar importante instalaban un Santo (una estatua) para someter a los nativos, y a Chepén le tocó tener al milagroso San Sebastián.
Por parte de los chepenanos, afirman que la imagen de San Sebastián es el producto de las habilidades artísticas de un humilde hortelano que talló la imagen en un tronco de un viejo naranjo que al patrón lo cortó porque ya no rendía, por eso cuando admiró la escultura exclamó: "¡San Sebastián! Naranjo te conocí, todos los milagros que me hagas los colocas aquí" y se señaló la nariz.
Publicado en la "Revista Monográfica de Chepén", edición Nº 13. Enero 2007, pag 16
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