viernes, 8 de abril de 2011

Las Secretarias en el Mundo de Hoy


Según estadísticas del Departamento de Trabajo de los Estados Unidos, en este país trabajan más de 3.9 millones de secretarias y asistentes administrativas. Además, hay 8.9 millones de personas que trabajan en diversas funciones de apoyo administrativo. En Canadá, hay 500,000 administrativas profesionales que comprenden 402,600 secretarias, 11,900 asistentes ejecutivas y 94,000 supervisoras administrativas. Millones de otras personas trabajan en oficinas de todo el mundo. Semejantes números y semejante dedicación ¡cómo pueden no ser motivo de celebración!

Cabe resaltar que no solamente la mujer tiene el dominio de esta profesión, también hay secretarios como profesionales administrativos que trabajan en oficinas modernas, sumamente competitivas, tienen más obligaciones de las que parecen implicar los nombres de sus cargos. No sólo administran información, crean informes y presentaciones o coordinan reuniones y viajes, sino que, además, enfrentan un nivel de responsabilidad que nunca habían tenido. Para ellos va también nuestro saludo.

El principal objetivo de celebración es llamar la atención sobre los aportes que las secretarias realizaban en el lugar de trabajo y, en segundo lugar, atraer a la juventud a carreras que los capacitarán para realizar tareas administrativas, así como a otras carreras relacionadas. Hasta el día de hoy, el Día de la Secretaria es una de las ocasiones que más se tiene presente en los lugares de trabajo eficientes.

En el día de la Secretaria, recordamos esta canción del grupo Mocedades. Aquí está la letra.

Secretaria,
la que no habla
siempre atenta, diciendo nada.

Te firmé mis veinte años
te ayudé a subir peldaños
y entre copa y copa me hice necesaria.
Y al negarme a ser amable me ignoraste
y sólo fuí tu secretaria.

Hemos compartido juntos
tus fracasos y tus triunfos
y hasta creo haber tejido yo tus canas
pero allá a las siete en punto
tú te ibas con los tuyos, yo a mi casa.

Fuí también la celestina
de tus citas clandestinas
y aprendí a estar bien callada
luego un guiño de malicia
una caricia de cumplido
y un gentil hasta mañana.

Era yo quien escogía
las flores que cada día
enviabas a tus jóvenes amadas
era yo quien te firmaba las tarjetas
hasta en eso secretaria.

Secretaria, secretaria
la que escucha, escribe y calla
la que hizo de un despacho tu morada
casi esposa, buen soldado, enfermera
y un poquito enamorada.