Libro: KÁISER
Autor: Juan Pablo Odar Ordemar.
Chepén, octubre 2010
Prólogo
"Tres son los textos que a Kaiser lo conforman: Káiser, El Viejo y Yo, El derecho de Derecho.
Káiser: Abre el relato con una descripción del escenario e intercala cierta advertencia de peligro. En el cuarto párrafo se apertura el nudo del cuento, el que se sostiene en una atmósfera de suspenso, donde la ternura de un niño doblega a la ferocidad de un perro. "Kaiser, quieto...tranquilo- fui habándole con mi voz infantil y llena de dulzura..." La ternura del niño tiene su efecto gradual: el perro muestra los colmillos al niño, babea, después de que entre ambos hay un cruce de miradas por casi diez minutos, cierra el hocico y, finalmente, cae rendido a la docilidad. El tema, que pudo concluir allí, se espacia en la correspondencia fraterna entre los dos personajes, tanto que el niño siente tristeza e indecisión de abandonar a Káiser (va y vuelve a abrazarlo), pero, finalmente, sucede el apartamiento que les genera el llanto. Este cuento es el más logrado.
El Viejo y Yo: El autor que cumple la función de narrador personaje, se esmera en plasmar sus reminiscencias sobre el vínculo fraterno que hubo antaño entre él y su abuelo, pero que no logra a plenitud su cometido. Lo que sí hace hincapié es que lo entrampa en la nostalgia por su abuelo, de ahí que le plasma someramente trozos de su personalidad y de sus vivencias.
En los últimos párrafos se advierte -sin que quizá el autor lo intuya-, cierta proximidad a la técnica del Flashback, y el paralelo con ésta, el cambio de los puntos de vista: vira de narrador personaje, a narrador omnisciente, y luego vuelve a la postura de narrador personaje al concluir el relato.
El derecho de Derecho: En sus primeras líneas da impresión de ser un cuento infantil (Érase un pueblito...), pero en el transcurso del relato, debido al tema que posee, el cuento se ajusta a una literatura de púberes.
En vez de su esmero en una mejor elocución, el autor se interesa por plasmar los asuntos sobre libertad de expresión y de librepensamiento. La narrativa en este cuento es entendible. Sus personajes poseen nombres correlacionados con el tema (Derecho, Acomodado...) quienes a través de sus diálogos desarrollan el nudo y el desenlace."
(Lic. Miguel Arbildo Ramírez, Profesor de Lenguaje y literatrura. Escritor liberteño.)
Autor: Juan Pablo Odar Ordemar.
Chepén, octubre 2010
Prólogo
"Tres son los textos que a Kaiser lo conforman: Káiser, El Viejo y Yo, El derecho de Derecho.
Káiser: Abre el relato con una descripción del escenario e intercala cierta advertencia de peligro. En el cuarto párrafo se apertura el nudo del cuento, el que se sostiene en una atmósfera de suspenso, donde la ternura de un niño doblega a la ferocidad de un perro. "Kaiser, quieto...tranquilo- fui habándole con mi voz infantil y llena de dulzura..." La ternura del niño tiene su efecto gradual: el perro muestra los colmillos al niño, babea, después de que entre ambos hay un cruce de miradas por casi diez minutos, cierra el hocico y, finalmente, cae rendido a la docilidad. El tema, que pudo concluir allí, se espacia en la correspondencia fraterna entre los dos personajes, tanto que el niño siente tristeza e indecisión de abandonar a Káiser (va y vuelve a abrazarlo), pero, finalmente, sucede el apartamiento que les genera el llanto. Este cuento es el más logrado.
El Viejo y Yo: El autor que cumple la función de narrador personaje, se esmera en plasmar sus reminiscencias sobre el vínculo fraterno que hubo antaño entre él y su abuelo, pero que no logra a plenitud su cometido. Lo que sí hace hincapié es que lo entrampa en la nostalgia por su abuelo, de ahí que le plasma someramente trozos de su personalidad y de sus vivencias.
En los últimos párrafos se advierte -sin que quizá el autor lo intuya-, cierta proximidad a la técnica del Flashback, y el paralelo con ésta, el cambio de los puntos de vista: vira de narrador personaje, a narrador omnisciente, y luego vuelve a la postura de narrador personaje al concluir el relato.
El derecho de Derecho: En sus primeras líneas da impresión de ser un cuento infantil (Érase un pueblito...), pero en el transcurso del relato, debido al tema que posee, el cuento se ajusta a una literatura de púberes.
En vez de su esmero en una mejor elocución, el autor se interesa por plasmar los asuntos sobre libertad de expresión y de librepensamiento. La narrativa en este cuento es entendible. Sus personajes poseen nombres correlacionados con el tema (Derecho, Acomodado...) quienes a través de sus diálogos desarrollan el nudo y el desenlace."
(Lic. Miguel Arbildo Ramírez, Profesor de Lenguaje y literatrura. Escritor liberteño.)