El 3 de octubre los ciudadanos del país asistiremos a las urnas para renovar las autoridades municipales. Más de un Alcalde intentará la reelección y la re reelección, asumiendo que son los únicos que pueden conducir los destinos de un distrito y/o provincia, ante las justificadas suspicacias de la opinión pública que no ve con buenos ojos gestiones ediles ineficientes e inmersos en actos de corrupción, apañadas por el gobierno de turno.
La ciudadanía una vez más será espectadora de una nueva campaña electoral, donde primará el marketing de "más obras", o "las obras continúan" y fuertes ataques, acusaciones (decencia versus corrupción); y una vez más la campaña electoral municipal verá excluida el perfil de los candidatos así como de sus propuestas (planes de gobierno municipal). ¿Qué alcaldes y regidores necesitamos?, es la pregunta que los electores nos hacemos.
Las provincias y distritos, necesitan de autoridades que reúnan ciertas cualidades, conocimientos, capacidades y habilidades de liderazgo para afrontar con éxito su rol de gobernantes locales. Necesitamos Alcaldes y regidores que sean ejemplo de valores éticos y sociales: honestos, con vocación de servicio, justos, solidarios, honrados, sinceros, responsables y comprometidos con sus electores y el desarrollo de sus pueblos. Que sean visionarios, perseverantes con su trabajo, que sean frontales en la lucha contra la mediocridad y la corrupción que campea en la administración pública, y que privilegien la atención de la problemática local, y el buen trato del vecino y la atención del usuario.
Necesitamos autoridades con un mínimo de preparación técnica, proactivos y con ganas de seguir preparándose; con conocimientos y dominio de programas informáticos, en manejo de personal, en relaciones inter institucionales. Que trabajen en equipo, con sus regidores, funcionarios, empleados y obreros; que sepan dialogar, que sepan escuchar, sean sociables y se orienten hacia la excelencia en los resultados de su gestión y de la institución municipal.
Y como autoridades municipales para que cumplan a cabalidad sus funciones de planeamiento integral y gestión del desarrollo, deben reunir las siguientes condiciones:
1. Tener una concepción de desarrollo humano integral y sostenible, expresado en una filosofía, visión y objetivos estratégicos de desarrollo, así como un conocimiento objetivo de la problemática local, con propuestas para la solución de los problemas. Estas capacidades deben ser fortalecidas con la experiencia municipal y compartida con todos los servidores municipales nombrados y contratados, funcionarios y no funcionarios, empleados y obreros. Se necesita, además, responsabilidad y compromiso; y que la misión y visión de desarrollo sea interiorizado por todos los estamentos de la institución municipal.
2. Promover una auténtica participación de la sociedad civil, en todas las etapas del planeamiento municipal, desde la identificación de problemas, necesidades, prioridades y potencialidades, hasta la ejecución de actividades y proyectos con transparencia. El planeamiento del desarrollo tiene como condición básica la participación organizada de los vecinos, considerando que son éstos, el fin último de todo desarrollo. Esta condición se fortalecerá cuando los representantes de la sociedad civil desarrollen capacidades de planeamiento estratégico desde sus propias organizaciones, siendo las municipalidades, quienes deben conducir actividades de promoción, sensibilización, comunicación y capacitación, respetando las autonomías de las organizaciones. Recordemos que promover no es pensar por ellos ni tomar decisiones por la sociedad civil.
3. Mejorar las capacidades técnicas de la gestión municipal, incorporando personal especializado y con experiencia en las diversas áreas: desde funcionarios, profesionales y técnicos, evitando la exclusión profesional. La planificación y gestión del desarrollo es una labor de equipo multidisciplinario con participación de la sociedad civil. Se trata de integrar diversas percepciones de la realidad, su problemática y soluciones en lo demográfico, social, educativo, económico, cultural y ambiental.
En síntesis, necesitamos autoridades municipales con liderazgo transformador, con vocación de servicio y probada calidad ética, que tengan clara su misión y visión de desarrollo integral y sostenible, con el soporte profesional competente, articulado con la sociedad civil en permanente coordinación; solo así conducirán adecuadamente el proceso de desarrollo, identificarán problemas, necesidades y potencialidades; priorizarán la solución de los problemas del ámbito local, así como la asignación de recursos financieros de manera equitativa y el uso óptimo de recursos humanos, institucionales, ambientales, sociales, económicos y culturales de sus distritos. En suma, harán viable la conducción del proceso de desarrollo integral hacia mejores niveles en la calidad de vida de los vecinos, para alcanzar el bienestar y la equidad social.
La ciudadanía una vez más será espectadora de una nueva campaña electoral, donde primará el marketing de "más obras", o "las obras continúan" y fuertes ataques, acusaciones (decencia versus corrupción); y una vez más la campaña electoral municipal verá excluida el perfil de los candidatos así como de sus propuestas (planes de gobierno municipal). ¿Qué alcaldes y regidores necesitamos?, es la pregunta que los electores nos hacemos.
Las provincias y distritos, necesitan de autoridades que reúnan ciertas cualidades, conocimientos, capacidades y habilidades de liderazgo para afrontar con éxito su rol de gobernantes locales. Necesitamos Alcaldes y regidores que sean ejemplo de valores éticos y sociales: honestos, con vocación de servicio, justos, solidarios, honrados, sinceros, responsables y comprometidos con sus electores y el desarrollo de sus pueblos. Que sean visionarios, perseverantes con su trabajo, que sean frontales en la lucha contra la mediocridad y la corrupción que campea en la administración pública, y que privilegien la atención de la problemática local, y el buen trato del vecino y la atención del usuario.
Necesitamos autoridades con un mínimo de preparación técnica, proactivos y con ganas de seguir preparándose; con conocimientos y dominio de programas informáticos, en manejo de personal, en relaciones inter institucionales. Que trabajen en equipo, con sus regidores, funcionarios, empleados y obreros; que sepan dialogar, que sepan escuchar, sean sociables y se orienten hacia la excelencia en los resultados de su gestión y de la institución municipal.
Y como autoridades municipales para que cumplan a cabalidad sus funciones de planeamiento integral y gestión del desarrollo, deben reunir las siguientes condiciones:
1. Tener una concepción de desarrollo humano integral y sostenible, expresado en una filosofía, visión y objetivos estratégicos de desarrollo, así como un conocimiento objetivo de la problemática local, con propuestas para la solución de los problemas. Estas capacidades deben ser fortalecidas con la experiencia municipal y compartida con todos los servidores municipales nombrados y contratados, funcionarios y no funcionarios, empleados y obreros. Se necesita, además, responsabilidad y compromiso; y que la misión y visión de desarrollo sea interiorizado por todos los estamentos de la institución municipal.
2. Promover una auténtica participación de la sociedad civil, en todas las etapas del planeamiento municipal, desde la identificación de problemas, necesidades, prioridades y potencialidades, hasta la ejecución de actividades y proyectos con transparencia. El planeamiento del desarrollo tiene como condición básica la participación organizada de los vecinos, considerando que son éstos, el fin último de todo desarrollo. Esta condición se fortalecerá cuando los representantes de la sociedad civil desarrollen capacidades de planeamiento estratégico desde sus propias organizaciones, siendo las municipalidades, quienes deben conducir actividades de promoción, sensibilización, comunicación y capacitación, respetando las autonomías de las organizaciones. Recordemos que promover no es pensar por ellos ni tomar decisiones por la sociedad civil.
3. Mejorar las capacidades técnicas de la gestión municipal, incorporando personal especializado y con experiencia en las diversas áreas: desde funcionarios, profesionales y técnicos, evitando la exclusión profesional. La planificación y gestión del desarrollo es una labor de equipo multidisciplinario con participación de la sociedad civil. Se trata de integrar diversas percepciones de la realidad, su problemática y soluciones en lo demográfico, social, educativo, económico, cultural y ambiental.
En síntesis, necesitamos autoridades municipales con liderazgo transformador, con vocación de servicio y probada calidad ética, que tengan clara su misión y visión de desarrollo integral y sostenible, con el soporte profesional competente, articulado con la sociedad civil en permanente coordinación; solo así conducirán adecuadamente el proceso de desarrollo, identificarán problemas, necesidades y potencialidades; priorizarán la solución de los problemas del ámbito local, así como la asignación de recursos financieros de manera equitativa y el uso óptimo de recursos humanos, institucionales, ambientales, sociales, económicos y culturales de sus distritos. En suma, harán viable la conducción del proceso de desarrollo integral hacia mejores niveles en la calidad de vida de los vecinos, para alcanzar el bienestar y la equidad social.
(Nicanor Becerra Castañeda)