lunes, 7 de diciembre de 2009

Cuento: Origen de la Laguna Mancoche y el Río Chamán (2)



Una noche de luna llena se escucharon los cantos más bellos y alegres, como nunca antes nadie los había oído. Esa noche ninguna persona del valle pudo dormir; todos hicieron profundo silencio, intrigados por tan encantador y misterioro fenómeno musical.

Al despuntar el alba una noticia estremeció al alaec Cull Xllang. Las capullanas buscaron al alaec para que presenciara un extraño fenómeno en la torre de la princesa al aparecer los primeros rayos del sol y atravesar las pequeñas ventanas de la torre donde se encontraba prisionera, se convertían en miles de mariposas conformando un enjambre de bellísimos colores y destellos brillantes que recorrió las faldas del cerro para levantar el vuelo como una nube misteriosa; luego de formarse un suave remolino de muchísimos colores y con música celestial tan bella como el arco iris mismo y tan sonora como cascabeles de fino metal; las mariposas, todas juntas, se dirigieron a un lugar cercano del cerro y al tocar tierra iban tomando una apariencia líquida irisdiscente. La multicolor manga que se iba haciendo líquida, daba lugar a una laguna, amplia como un espejo y bella como la alegría de una princesa. Una preciosa ilusión óptica.

Así nació Mancoche o Mancocha o Mank'ocha, la laguna de la princesa.

Chamán, enterado de la transformación, se enfureció muchísimo porque ya no podía llevarse a la doncella. Inmediatamente el arcano brujo se dispuso a tomar venganza contra el alaec. Chamán acumuló tanta ira, que estalló convirtiéndose en enjambre de pulatos ponzoñosos; una plaga insoportable y atroz como la maldición de un hechicero. Esta dañina plaga recorrió todo el valle atacando a todo ser viviente que iba cayendo víctima de tan terrible peste, causando gran dolor y daño en el valle. Luego, para unirse con su amada, decidió transformarse en el mismo elemento que ella tenía: el agua; pero no en una mansa laguna, sino en río, pero un río voraginoso y destructor, que nadie presagiara su llegada para que no se aprovechen sus aguas, pero que si pudiera causar mucho daño en las tierras del cacique, para dar rienda suelta a su insaciable venganza.

La manga de ponzoñosos pulatos levantó vuelo y cuando estuvo a la altura de las nubes estalló en truenos, relámpagos y vientos huracanados desatando una terrible tormenta que duró una semana. Al finalizar la semana de tormentas, se escuchó un terrible y espantoso ruido que provenía desde la sierra y, junto con él apareció un voraginoso caudal de agua que arrasaba con todo, formando trombas, arrancando árboles desde sus raíces y arrastrando pedrones que chocaban dentro de la corriente; la gente gritaba y corría arreando su ganado, provocando un pavoroso paisaje de desolación y muerte. Asi apareció el río loco y destructor.

El río que apareció repentinamente inundando el valle y causando estragos, tomo el nombre del brujo: Río Chamán. A partir de entonces, cada cierto tiempo, el Río Chamán llega de repente; cuando nadie lo espera se parece, como sucedía con las incursiones del brujo para robarse alguna doncella. El río Chamán llega sin anunciarse, siempre lo hace a media noche cuando todos duermen y nadie puede escapar de su insaciable venganza.

Chamán, ya en forma de río, sigue buscando a su amada con la misma ira que arrasa todo lo que encuentra en su camino hasta llegar a la laguna junto al cerro, prisión de sus pasiones. Allí se funde con la laguna Manqocha y se calma. Los dos forman una gran masa de agua inundando chacras y casas, arrasando al ganado y a las cosechas. Este río vuelve cada cierto número de años, que no han podido ser determinados, ni se podrán; vuelve en cualquier momento produciendo destrucción, muerte y dolor.

El río Chamán y los pulatos desde entonces se quedaron allí y siguen causando los mismos estragos: ponzoñosos unos y destructor el otro, pero imprevistos ambos.

Manqocha: Aguas milagrosas y peligrosas
Dicen que la princesa, ahora convertida en laguna, sigue embrujada y continua siendo fiel a Chamán. Cuando Chamán tarda mucho tiempo, la laguna se entristece y se seca, y cuando Chamán llega se hermosea y permanece henchida de colores. Durante esta época sus aguas se tornan milagrosas, comunican poder y juventud a los que se bañen en ellas, pero quienes se atrevan a sumergirse en estas milagrosas aguas, deben hacerlo con mucho cuidado.

Allí se reúnen dos potencias: el magnetismo que Chamán trae al pasar por el Cerro Sapo y la juventud de la princesa que estando en su mejor etapa de reproducción y mayor energía sensual, le confieren a las aguas de la laguna un magnetismo sensual muy reconocido y peligroso porque ella, la princesa, se mantiene fiel a su único amor: Chamán. Muchos creen que quien beba de las primeras aguas que trae el Chamán se eterniza, pero es un riesgo demasiado alto, primero porque si no logra beberla, en cuanto aparezca morirá arrollado por la vorágine de las aguas, las rocas y los árboles que arrastra, y segundo porque el espíritu mismo del brujo tratará de impedirlo.

Los campesinos aseguran que durante las noches de luna, entre las ineas, las totoras y los juncos se puede escuchar la melodiosa voz de la princesa. Muchos jóvenes incautos ignorando que se trata de la mas fiel de las amantes, pretenden sorprender a la dueña de la musical armonía; se introducen sigilisamente en sus aguas y terminan enredándose en las raíces de las algas, las ineas, los totorales y las hojelapas. Ella no cepta otros mancebos, los ahoga.

(Carlos Ramón Noriega Torero, Espíritu Mochica- Cuentos de Chepén)

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