Después de 1970 que fue erradicado el campo ferial de la Plaza de Armas, anualmente en enero surgen entredichos con los comerciantes ambulantes que llegan de fuera por la festividad de San Sebastián, lo mismo que por las fiestas de fin de año. Esto debido a que no hay campo ferial y se recurre a la improvisación.
En los dos últimos años los problemas se han acentuado llegando hasta actos de agresión, por las discusiones de los ambulantes que pretenden imponer se les permita ubicación en el área que mejor les conviene. Por ejemplo, las arterias centrales que circundan a los mercados, tal vez para que se le sea más fácil ingresar y ocupar la Plaza de Armas. Hay quienes advierten que podríamos retroceder al tiempo de antes, si es que no se adoptan, lo más pronto, acciones adecuadas.
En la década del 90 se logró descongestionar de ambulantes, el sector adyacente a los mercados de la Avenida Gonzáles Cáceda. Se reubicó a los informales en un local construido para ese fin en el jirón Atahualpa. Pero un grupo de ellos solicitaron a la autoridad de turno, les concediera trabajar solo por las fiestas de fin de año. Pero la intención era retomar la avenida, como que así ocurrió.
La ley prohíbe el comercio ambulatorio en cualquier espacio que atente contra el tránsito patronal, vehicular, y el libre ingreso a los establecimientos. Han surgido propuestas para remodelar al actual mercado de abastos, o proyectar su reubicación en otra zona aparente. Pero todo queda y sigue quedando en palabras y acuerdos incompletos.
Nada raro sería que este asunto sirva se caballito de batalla a los candidatos en la campaña electoral de este año. Este tema debe ser tratado con mucha seriedad elaborando un proyecto sustentable que solucione al mismo tiempo, "tres en uno": comercio ambulatorio, mercado zonal, y terminal terrestre. Nada se lograría con remedios y enmendaduras parciales.(Mario Ríos Cumpa, publicado en el Diario "Últimas Noticias" el 18.02.2010)
En los dos últimos años los problemas se han acentuado llegando hasta actos de agresión, por las discusiones de los ambulantes que pretenden imponer se les permita ubicación en el área que mejor les conviene. Por ejemplo, las arterias centrales que circundan a los mercados, tal vez para que se le sea más fácil ingresar y ocupar la Plaza de Armas. Hay quienes advierten que podríamos retroceder al tiempo de antes, si es que no se adoptan, lo más pronto, acciones adecuadas.
En la década del 90 se logró descongestionar de ambulantes, el sector adyacente a los mercados de la Avenida Gonzáles Cáceda. Se reubicó a los informales en un local construido para ese fin en el jirón Atahualpa. Pero un grupo de ellos solicitaron a la autoridad de turno, les concediera trabajar solo por las fiestas de fin de año. Pero la intención era retomar la avenida, como que así ocurrió.
La ley prohíbe el comercio ambulatorio en cualquier espacio que atente contra el tránsito patronal, vehicular, y el libre ingreso a los establecimientos. Han surgido propuestas para remodelar al actual mercado de abastos, o proyectar su reubicación en otra zona aparente. Pero todo queda y sigue quedando en palabras y acuerdos incompletos.
Nada raro sería que este asunto sirva se caballito de batalla a los candidatos en la campaña electoral de este año. Este tema debe ser tratado con mucha seriedad elaborando un proyecto sustentable que solucione al mismo tiempo, "tres en uno": comercio ambulatorio, mercado zonal, y terminal terrestre. Nada se lograría con remedios y enmendaduras parciales.