martes, 10 de mayo de 2011

Mototaxistas de mi Pueblo.


Nacidos de la necesidad para llevar sustento diario a cientos de desempleados y sub empleados, los mototaxistas invadieron pueblos y ciudades. Son los nuevos dueños de las pistas, amos y señores de calles, parques y alamedas; van y vienen, llevan y traen...pasajeros y carga diversa. Las calles son de ellos, y la ciudad duerme y despierta con el sonido de bocinas y motores rugientes. Día a día los vemos en bullicioso recorrido por calles, jirones y avenidas, o a la espera de clientes en sus paraderos habituales: el mercado, las tiendas mayoristas, colegios, la plaza mayor, el hospital; en grupos de 2 ó 3, intercambiando información de las últimas (noticias, rumores, chismes, especulaciones).

Son los ojos, oídos y boca de la ciudad; todo lo ven, todo lo oyen y casi todo lo dicen. Saben quién es quién; de donde vienen y a donde van; conocen encuentros furtivos de amantes clandestinos y declarados. No es necesario que les digas a que hostal u hospedaje caleta vas, ellos conocen, ellos saben, ellos te recomiendan, te llevan y traen de regreso, a los dos amantes satisfechos, a la fémina por separado cuando ésta tiene novio, marido u otro amante. Son minas de información, de secretillos y secretazos que valen sus dolarillos, que algún programa de la farándula pagaría gustoso por ciertos datos, pero no, "secreto profesional" dicen estos ases del volante.

Los hay para todos los gustos: jóvenes, adultos, adultos maduros y alguno de la tercera edad; blancos, rubios, morenos, mestizos, cholos, serranos, de la selva; bajitos, medianos y altos; delgados y gorditos; sin oficio, con oficio y profesionales. Los hay amables y desatentos, risueños y malhumorados, conversadores y parcos, simpáticos y antipáticos; los "sabelotodo" y los ignorantes; los tranquilos e impacientes; los don juanes y los tímidos; los velocistas y los "lentos pero seguros"; los serios, formales y los "palomillas", chacoteros o bromistas. Los consejeros e indiferentes; los persistentes y los indecisos; católicos, protestantes y ateos; bebedores empedernidos y abstemios; los hay noctámbulos y diurnos, fumadores y no fumadores. Tambien hay los chicos malos (los "marcas", los "campana", los "forajas") pocos, pero son. En fin, hay de todo, como en botica de pueblo.

Pero los mototaxistas no son meros espectadores de lo bueno, lo malo y lo cochino de la ciudad; ellos también tienen sus historias secretas, de trabajo (presente y futuro), de negocios, de familia, de amores; de éxitos pasados, frustraciones y esperanzas; son el barómetro de la tranquilidad o intranquilidad ciudadana, encuestadores anónimos de tal o cual autoridad; son la fuente fidedigna del sondeo polticio. Son los oráculos, que todo lo ven, todo lo saben. ¿Quieres saber quien ganará las elecciones municipales o presidenciales? el mototaxista lo sabe, lo dice, lo asegura. Mototaxistas de mi pueblo, surgieron como trabajo eventual y se quedaron Dios sabe hasta cuándo.

Ahora me disculpan, debo tomar mi mototaxi, y no necesito decir algo. Un saludo y la frase de rigor "suba profe, lo llevo" pues el ya sabe donde voy. Ellos son...LOS MOTOTAXISTAS DE MI PUEBLO.
(Nicanor Becerra Castañeda)