Interesantes cartas de Jorge Luis Becerra Armas (Lara Salcedo) y Carlos Elías Rázuri, dos chepenanos identificados con la patria chica que los vio nacer y donde pasaron creo yo los mejores años de sus vidas. Jorge Luis es hijo del recordado Profesor de Matématicas Jorge Becerra Lara, a quien mi padre Javier Becerra Ramírez (sastre de oficio y nieto de Llapino) consideraba familia (el "Tío Jorge" lo llamaba con cariño y respeto). Jorge Luis, estoy seguro recordará al "Maestro Becerra", encargado de coser las mejores prendas de vestir de la década de los 70 y 80 en Chepén. Un saludo a la distancia a Jorge Luis. Hoy más que nunca sigues siendo un chepenano con meridiana identidad de tus orígenes.(Nicanor Becerra Castañeda)
Lunes, julio 4, 2011, 12:28 pm
De: "Jorge Luis Becerra Armas"
A: "Elías Rázuri, Carlos Alberto" caelra@yahoo.com
Calico:
Cómo tú sabes, estoy desvinculado de Chepén, a pesar de 160 años de historia chepenana, y varios ascendientes directos ilustres, como mi tras tatarabuelo Manuel Salcedo, quién trajo a los vascos a Chepén en 1863 (A la hacienda Talambo), mi bisabuelo Ignacio Lara, ex alcalde, que arraigo en Chepén, y que impulsara la educación primaria en 1883, donando el local del centro de mujeres, actual Centro Cultural de Chepén y centro educativo nacional.
Por esas cosas del destino perdí mi identidad chepenana, cuándo mi abuelo llapino, de apellido Becerra, entroncó con mi abuela, Estela Lara Salcedo, heredera de ilustre legado,y me convertí en cajamarquino, aunque nunca conocí la tierra de mi abuelo, ni me relacioné con la familia cajamarquina; pero esa pérdida de identidad, hizo que empezara "de raíz" otra historia en Trujillo, dónde resido hace casi cuarenta años, y tengo más amigos que "el Chámbar".
Espero me reconozcan como "hijo sesquicentenario", y regresaré cuál hijo pródigo. Un fuerte abrazo,
Jorge Luis Becerra (Lara Salcedo)
Para Jorge Luís Becerra Armas
No, tres veces no, mi querido osito, naciste en Chepén y tu infancia fue chepenana y eso te marcó, para siempre, igualito como a Isaac Goldemberg Bay, aunque hayas vivido 40 años fuera de tu pueblo el recuerdo te carcomía, aunque ya no exista la panadería de tu viejo abuelo don Julio Armas, ni la acequia de la calle Guadalupe, ni el respetable profesor de matemáticas don Jorge Becerra Lara, por que tu, al igual que ellos quedaste grabado en el corazón de muchos chepenanos como yo o como en el del picho Iván Rivasplata, en Pepe Vigo, en Víctor León Gallardo, en la del Cholo Tumba, en Azucena Huamán, en el viejo corazón de doña Rebeca Muñoz y sus dulces de membrillo, o cuando tu mamá Teresa te llevaba cogido de la mano a comprar leche donde don Panchito Loyola o más pichito a la casa de la santera del barrio, doña Catita, para que te santiguara, en familias como la de los Castañeda frente a tu casa, en el de Tecapa, en los muchachos de la Sonora Chepenana, y también en el cine Victoria y el en el viejo parque Infantil que nos marcó para siempre.
Por eso cholo, ven que siempre estamos con los brazos abiertos, para echarnos unos buenos recuerdos en esta Botica, o echarnos una buena pechada o comernos unos dulces de chancaca, desgajar una caña de azúcar, comer unas ciruelas o un mango verde con sal y en la esquina escuchar cantar a Joselito Hernández mientras los Estradas van tamboreando acompasadamente sus cajones de cartón y otros como el negro César Moncada, soplando su peineta con papel y muchos niños como tú, sentados en la vereda escuchando y rumoreando el titirititi del son azucarero de la calle Guadalupe…
Ven cholo, que entre nosotros has dejado un pedazo de tu corazón, en medio de estos barrios de abajo el puente, entre mangos y cañas de Buenos Aires, con pan caliente de don Julio Armas, acompañados compañados con unos lifes fritos de la acequia Pacanga y una tacita de Té del viejo Akamini, en este invierno limeño que tan solo lo calienta el recuerdo
Un abrazo Osito,
Calico
(Fuente:La Botica de Calico en Chepén Nº 296 Lima)